viernes, 25 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
¡Muestra imperdible!
Tenemos el agrado de contar en nuestro COA con una artista muy talentosa.
Y este Viernes 4 de Diciembre a las 20:30 hs te podrás asombrar con una gran muestra de sus obras.
De entrada libre y gratuita
Y este Viernes 4 de Diciembre a las 20:30 hs te podrás asombrar con una gran muestra de sus obras.
De entrada libre y gratuita
lunes, 2 de noviembre de 2015
Se liberaron los primeros guacamayos rojos en Corrientes
El pasado jueves 29 de octubre, se liberaron los primeros 7 guacamayos rojos (Ara chloroptera) en la provincia de Corrientes (Argentina).
Más precisamente en el portal Cambyretá, cercana a Ituzaingó, tras varios meses de estudios llevados a cabo en la zona que forma parte de un proyecto de re-introducción de especies y preservación de la biodiversidad.
El proyecto de restauración es impulsado por Igor Berkunsky junto a Adrián Di Giácomo (investigadores del CONICET - CECOAL) y cuenta con el apoyo de la Fundación CLT y el Gobierno de la Provincia de Corrientes. Además cuenta con la participación del COA Carau y el apoyo institucional de la Municipalidad de Ituzaingó.
Fotos de Dora Romero.
Más precisamente en el portal Cambyretá, cercana a Ituzaingó, tras varios meses de estudios llevados a cabo en la zona que forma parte de un proyecto de re-introducción de especies y preservación de la biodiversidad.
El proyecto de restauración es impulsado por Igor Berkunsky junto a Adrián Di Giácomo (investigadores del CONICET - CECOAL) y cuenta con el apoyo de la Fundación CLT y el Gobierno de la Provincia de Corrientes. Además cuenta con la participación del COA Carau y el apoyo institucional de la Municipalidad de Ituzaingó.
Fotos de Dora Romero.
sábado, 31 de octubre de 2015
Encuentro de los Clubes de Observadores de Aves del Nordeste Argentino
Este encuentro fue declarado de interés institucional por el Ministerio de Turismo de la provincia de Corrientes
Organizado por uno de los clubes de observadores de
aves más jóvenes del país, el COA Guaicurú – Resistencia, se llevó a cabo en
Isla del Cerrito (Chaco), durante el primer fin de semana de Octubre, un
encuentro al que asistieron más de 40 integrantes de 8 clubes y grupos de
observación de la región NEA.
Octubre es el
mes de las aves ¿Qué mejor manera de
celebrarlo que reunirse a compartir una misma pasión? Y ¿qué lugar más fascinante
para hacerlo que la Isla del Cerrito, tan rica en naturaleza como en historia?
El primer fin de semana de
ese mes fue el elegido y la localidad de Isla de Cerrito, en la provincia del
Chaco, fue el lugar donde se dieron cita más de 40 observadores de aves
pertenecientes a 7 clubes (Tangará- Posadas, de la provincia de Misiones;
Carau-Ituzaingó, Pilincho-Mburucuyá y Churrinche-Riachuelo de la provincia de
Corrientes; Tilalá-San Javier y Suindá-Santa Fe de la provincia de Santa Fe, y
el COA anfitrión: Guaicurú - Resistencia) y un grupo independiente (Aves
Virasoro de la provincia de Corrientes).
El alojamiento
de todos los concurrentes tanto como las charlas ofrecidas tuvieron lugar en
las instalaciones de la Hostería del Sol que brindó una más que generosa
atención.
El encuentro,
que se inició en la noche del viernes, contó con las palabras de bienvenida a
cargo de su coordinador, Patricio Cowper Coles, y de una de sus integrantes,
observadora y ambientalista de amplia trayectoria: Clara Riveros Sosa. La
reunión se desenvolvió en un clima amistoso y distendido, tal como sucedería en
el transcurso de las actividades a lo largo de los días subsiguientes.
Aunque el primer
día el tiempo no parecía acompañar (algo de frío y algunas lloviznas al
principio), las salidas de observación, una de las actividades más atractivas
en este tipo de eventos, no faltaron. En horas tempranas de la mañana del
sábado los asistentes partieron hacia Laguna Corá, un espacio privado, fuera de
la isla y, distante pocos kilómetros de
la ciudad de Resistencia; sitio
emblemático y con una interesante historia vinculada a la observación en esa
parte del país, propiedad de Rodolfo von Rentzell, pionero en la conservación,
que ha venido luchando durante muy largas décadas por preservar la naturaleza
del lugar. Laguna Corá exhibe, en unas
horas de caminata, un verdadero resumen
de los ambientes del Chaco
Oriental, incluyendo al bellísimo río Tragadero.
En la tarde del
sábado se llevaron a cabo actividades como el Taller de monitoreo y uso de la plataforma E-bird, a cargo de
Fabricio Gorleri y numerosas charlas atractivas y didácticamente desarrolladas,
como Geografía y avifauna de la Isla del
Cerrito a cargo de María Fernanda Alarcón integrante del COA Guaicurú; El regreso de un grande y el llamado de un
chico: los guacamayos rojos y los tordos amarillos en Corrientes a cargo de
Adrián Di Giacomo; y Alianza del Pastizal,
una iniciativa para desarrollar la
producción de la mano de la conservación, a cargo de Gustavo Marino. Los
COA, además, tuvieron sus respectivos
espacios para comentar las
actividades y acciones concretas que llevan adelante respecto a temas como
educación y conservación. Comenzaron el COA Churrinche con una explicativa
charla, en la que Alejandro Benitez comentó sobre el relevamiento que vienen
desarrollando en el sector sur del AICA del Valle de inundación Paraguay-Paraná
de la provincia y le siguió Alejandra Boloqui del COA Carau, que mostró sobre
las bellezas escénicas con las que cuentan en las proximidades de Ituzaingó y
el inmenso trabajo que desarrollan junto a otras ONG, entidades gubernamentales
y empresas privadas. De esta manera los asistentes tuvieron acceso a diferentes
desarrollos y experiencias -muy motivadoras y sustanciales- con anclaje en la variada realidad local de cada uno de
los COA.
El descanso del sábado llegó sólo después
de una salida de avistaje nocturno.
El domingo, por
su parte, poco después del amanecer, se realizó una visita para conocer el
cercano lugar de confluencia de dos
grandes: los ríos Paraná y Paraguay. De allí se partió enseguida rumbo al
Eco-recreo del Sol, reserva privada dentro de la Isla del Cerrito, área
atrayente y representativa, donde transcurrió la siguiente salida de
observación. Esta excursión deparó algunas sorpresas: durante ella dos especies
se dejaron ver y fotografiar constituyéndose en protagonistas de la ocasión;
las joyitas del encuentro fueron la torcacita escamada (Scardafella squammata) y el
burrito pecho gris (Laterallus exilis).
Al cierre del
encuentro se entregaron los premios a mejor registro, el cual fue para Marcos
Emmanuela Sosa, del COA Tangará por su avistamiento y posterior documentación
fotográfica del burrito pecho gris; y a la mejor fotografía, en este caso para María
Alicia Soto, por su foto de los chiripepé cabeza verde (Pyrrhura frontalis).
Pese al
cansancio propio luego de tantas actividades desplegadas, llegado el final se
lamentaba la despedida después de haber disfrutado de tan gratificantes horas
de camaradería, de aprendizaje y de intercambio de ricas experiencias, todo
ello dentro de un paisaje pleno de la identidad del Chaco Húmedo, con su flora
exuberante, su fauna particular, y, dentro de ésta, la abundante presencia de
interesantes seres alados incluso en espacios internos de la misma hostería.
Noche de recibimiento y bienvenida a todos los participantes del encuentro, con palabras de bienvenida de Clara Riveros Sosa
Fabricio Gorleri, explicando sobre el uso de eBird
Charla de observadores y naturalistas en Laguna Corá
Participantes del encuentro de los COA del NEA en Laguna Corá.
Conociendo la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná

Caminando por los senderos de Eco-recreo del Sol
Gustavo Marino, comentándonos sobre la Alianza del Pastizal.
Entrega de reconocimiento al propietario del Eco-recreo del Sol
Marcos Emmanuel Sosa, ganador del mejor registro del encuentro, por haber registrado al burrito pecho gris (Laterallus exilis) y la torcacita escamada (Columbina squammata), recibiendo la obra del artista Luciano Acosta
Entrega de premio a la mejor fotografìa del encuentro de Alicia Soto, recibiendo otra obra de Luciano Acosta
La mejor fotografía del encuentro. Dos ejemplares de chiripepé cabeza verde (Pyrrhura frontalis)
Todos los participantes del Encuentro en Eco-recreo del Sol (Isla del Cerrito, Chaco)
sábado, 24 de octubre de 2015
El COA va a las escuelas
El pasado Jueves 22 de Octubre y a pesar del mal tiempo, fuimos a visitar la E.E.P. 92 del Paraje "La Textil", donde realizamos una charla y una salida de observación con los chicos.
Luego, dibujaron un ave para participar del concurso "Las aves de mi ciudad" que organiza el Museo de Ciencias Naturales "Augusto Schulz",
Agradecemos la atención y calidez recibida por parte de las dos docentes de la escuela, portero y cocinera. A todos los chicos que nos prestaron atención. Y al Museo de Ciencias Naturales "Augusto Schulz" por su colaboración con el préstamo del proyector.
Luego, dibujaron un ave para participar del concurso "Las aves de mi ciudad" que organiza el Museo de Ciencias Naturales "Augusto Schulz",
Agradecemos la atención y calidez recibida por parte de las dos docentes de la escuela, portero y cocinera. A todos los chicos que nos prestaron atención. Y al Museo de Ciencias Naturales "Augusto Schulz" por su colaboración con el préstamo del proyector.
viernes, 23 de octubre de 2015
PARQUE CARAGUATÁ: PRESENTACIONES DE LA MESA AMBIENTAL
Resistencia, 15 de octubre de 2015
Bajo la informal denominación de Mesa Ambiental se reúne un grupo de instituciones ambientalistas y culturales de nuestro medio al que se suman también personas que individualmente adhieren a ese mismo ideario. Este conjunto ha manifestado frecuente y públicamente su posición ante numerosas circunstancias que afectan o que puedan incidir negativamente en el ambiente local.
Es así como en semanas anteriores la Mesa Ambiental ya se había expedido en los medios de difusión respecto de la controvertida urbanización del Parque Caraguatá. Ahora, ese mismo escrito ampliado con más fundamentaciones ambientales e incluso legales que desaconsejan el proyecto en cuestión acaba de ser presentado simultáneamente al Sr. Gobernador y a los Sres. Defensor del Pueblo de la Provincia, Ministro de Planificación y Ambiente, Ministro de Infraestructura y Presidente del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y Vivienda (IPDUV).
Al respecto, la Mesa Ambiental quiere dejar muy en claro sus postulados para evitar ciertas tergiversaciones que se producen, algunas veces por mala fe, pero, más frecuentemente, por ignorancia de lo más básico en materia ambiental.
* En primer término la Mesa Ambiental quiere dejar sentado con mucho énfasis, que de ningún modo un ambientalista se permitiría desconocer la acuciante necesidad de vivienda que padecen tantos conciudadanos ni la obligatoria búsqueda de soluciones perentorias y dignas a este problema que concita tantas esperanzas. El cuestionamiento no será jamás a la construcción de casas familiares sino a la elección de su emplazamiento –pudiendo disponerse de otros- justamente en un sitio de excepcional abundancia de biodiversidad que persiste enclavado en una zona que ya no es periférica.
* Esas dos condiciones antes mencionadas el permanecer con sus características silvestres a minutos del centro de la ciudad y el albergar una muestra tan rica de nuestro ecosistema hacen del Caraguatá un lugar único para preservar como sostén de la calidad de vida de cuantos residen en una vasta área, incluso hasta muy alejados. Además de prestarse ejemplarmente para la educación, la recreación y el turismo, un sitio como éste ofrece una importante moderación de los rigores climáticos, amortiguación y absorción de los excesos hídricos en este puntual momento en que son preocupaciones constantes tanto las amenazas del presente fenómeno de El Niño como el avance
constante del Cambio Climático Global.
* En la lista de ciudades que, a nivel mundial, se consideran como verdaderamente ideales para vivir, se encuentra un buen número de localidades australianas cuyos agobiantes calores superan con facilidad a los nuestros, pero ¿qué comparten todas ellas entre sí y también con otros centros poblados muy celebrados y distintos, de Canadá por ejemplo? En medio de sus virtudes se cuenta, en todos los casos, la existencia no sólo de parques urbanos sino de muy extensas reservas naturales no distantes, sino muy por el contrario: enclavadas en plena trama urbana, sumamente apreciadas por los residentes que las disfrutan, que las saben indispensables en el contexto de su clima y que las muestran con orgullo a los turistas. En Resistencia tenemos gratis la oportunidad de ponernos a la par en ese aspecto y estamos a un instante de arruinarla irremediablemente y, de paso, empeorando el efecto “isla de calor” que las ciudades generan y que resulta extremo en estas latitudes.
* Tiene que entenderse también que una reserva natural no es una plaza que deba llenarse de equipamiento; éste debe ser mínimo y se precisa sólo de un inteligente plan de manejo que la preserve porque la daña una intervención excesiva: es el lugar para conocer la naturaleza, para encontrar y reconocer la identidad natural del espacio que habitamos, cada vez más borrada e inhallable. Por eso, la vegetación acuática no es “suciedad” que haya que quitar sino que es parte
esencial de la flora característica de los humedales y que está conectada con muchas otras formas de vida (peces, aves, anfibios, insectos, mamíferos). Un paseante apurado o un funcionario que recorran rápidamente estos paisajes poco y nada notarán de la fauna porque ésta, para hacerse ver, requiere de tranquilas y atentas caminatas, ya que no se trata de un zoológico con cada ejemplar exhibido en una jaula. Tal como cantaba don Atahualpa Yupanqui: “Para el que mira sin ver / la tierra es tierra nomás.”
* Un error frecuente en que se incurre es suponer que lo único deseable de conservar es la masa boscosa, cuando que ésta es sólo una esencial, eso sí de las manifestaciones vegetales de nuestra ecorregión: se olvida la importancia fundamental de las sabanas de pastizales, de los sistemas
pastizalpalmar y de otras formaciones. Los pastizales, por caso, son esenciales como reservorio de especies nativas de plantas de gran utilidad forrajera y de una fauna que le es propia y que incluye a interesantísimas aves autóctonas en peligro de extinción; es más: cuando la sabana se combina con manchones de monte resulta el hábitat insustituible de cantidad de especies que habitualmente no se adentran en el bosque: aguará guazú (uno de los Monumentos Naturales de la Provincia del Chaco por Ley 4306/96), ñandú, y muchos más, que no sólo la habitan sino que allí se dejan ver. Quedan sin mencionar las aves de presa, cuya disminución implica la proliferación de algunos indeseables como los ratones, ni las magníficas bandadas de pechos colorados que se alimentan allí y que, en su temporada, protagonizan despliegues en masa dignos de las más atractivas documentales que se ven en televisión.
* Con excesiva frecuencia se habla en los medios acerca tanto del ambientalismo como del Impacto Ambiental como si ambas cosas fueran ideas y acciones que sólo contemplaran vegetales y animales, cuando de lo que en verdad se trata es de la calidad de vida de los seres humanos y de su misma existencia, que van inexorablemente encadenadas – para bien o para mal al destino de este único mundo del que disponemos.
* La Mesa Ambiental se ha sorprendido ante la incógnita que se presenta al interiorizarse de que el lote 104 (el Caraguatá) comprende en realidad 96 hectáreas y 4 áreas y que no se halla inscriptas en el Registro de la Propiedad Inmueble a nombre del estado provincial y, al parecer, nunca lo habría estado. Otro asunto que se tendrá que dilucidar.
* Si los ambientalistas no se expresaron antes, en oportunidad del anunciado destino de una parte del Caraguatá a cementerio, se debió a que se pensó que unas pocas hectáreas con sepulturas no provocarían la perturbación ambiental que significará, sin dudas, la instalación en el sitio del equivalente a un pequeño pueblo con miles de personas, todas sus actividades, servicios y tránsito. Amén de que se esperaban mayores precisiones al respecto, habida cuenta de la volatilidad que sufren los sucesivos proyectos de edificios públicos y urbanizaciones.
* Con la permanente inquietud de contribuir al bienestar general y de preservar el patrimonio común, el colectivo de personas e instituciones que componen la Mesa Ambiental queda a la espera de las repuestas oficiales a las notas presentadas y, en oportunidad de su recepción, las comunicará enseguida a los medios periodísticos.
Firman:
Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, Fundación Ambiente Total, Conciencia Solidaria (ONG Interprovincial), Centro Cultural Ercilio Castillo, Fundación Casco Histórico Barranqueras, Centro de Estudios Nelson Mandela, CTA Autónoma Metropolitana, Lic. Pablo Romero y otros adherentes particulares.
domingo, 27 de septiembre de 2015
CONCIENCIA
Publicado en El Diario de la Región, de Resistencia, Chaco, el sábado 29 de septiembre de 2012
27 de Septiembre
Un Nunca Más para el ambiente
Existen muchas conmemoraciones públicas marcadas con rojo en el calendario, unas firmemente arraigadas en él, otras circunstanciales y otras más que, aunque no merezcan un feriado, son recordadas por diferentes medios. Y quedan algunas que parecieran tener tan poca relevancia que pasan prácticamente ignoradas y sólo se ocupan de ellas algunos sectores. En ocasiones, el olvido en que transcurren no guarda relación con su trascendencia real.
El comentario viene a cuento porque el jueves pasado 27 de septiembre fue el Día Nacional de la Conciencia Ambiental que se estableciera por ley para recordar a las siete personas que en esa jornada de 1993 fallecieran como consecuencia de un escape de gas cianhídrico en la ciudad de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Murieron instantáneamente los cuatro integrantes de una familia y las tres personas que acudieron a socorrerlas (médica, enfermero y camillero) a raíz de que dos industrias cercanas vertieran, de manera clandestina y casi simultáneamente, una arsénico y la otra ácido sulfúrico, a los conductos comunes y que las emanaciones tóxicas desencadenadas (un verdadero cóctel mortal) salieran por tal vía al interior de un hogar.
Este hecho tan trágico y doloroso continuó impune porque durante años no se identificó debidamente a los criminales ni se tomaron las medidas correspondientes. Cuando finalmente se los procesó (a transportista y empresarios) fue por contaminación seguida de muerte. Un importantísimo punto de partida ya que se aplicó por primera vez la Ley 24.051 de Residuos Vale la pena recordar y comentar lo ocurrido en esa ocasión porque resultó un ejemplo –el peor ejemplo y siempre repetido del modo en que se desarrollan los desastres ambientales particularmente en nuestro país.
Muy anteriormente a los hechos los respectivos vecinos de la familia desaparecida y de una de las instalaciones donde se produjo el derrame intencional, ya habían radicado denuncias a las que ningún organismo oficial les dio curso. Los luego procesados no contaban con habilitación para trabajar con sustancias peligrosas y otro depósito que poseía uno de ellos ya había sido clausurado por causa parecida, en tanto la municipalidad le había permitido –reacondicionamiento mediante- seguir operando, aunque nunca constató que la remediación se cumpliera.
De una publicación de la época tomamos otro ingrediente: “...los abogados que representan a familiares de las víctimas rescatan la labor del juez Roberts [el juez que investigó], en un tema complejo y teniendo escasos recursos materiales y técnicos. El primer día, una petrolera tuvo que prestarle un técnico y los elementos, porque no había bomba para llegar a las cloacas, y no se sabía si el juez no se iba a morir en el intento” (¡!).
Entre objeciones de las pruebas (por parte de los imputados), chicanas, apelaciones, declaraciones de incompetencia y sobreseimientos, la causa fue y volvió pasando por distintas instancias hasta terminar prescribiendo. Se habían realizado 108 procedimientos químicos y biológicos pero un fallo consideró “...que no había contrapruebas en las tomas de pruebas de líquidos, o que eran de dudosa calidad técnica".
Cabe señalar que, además, resultaron demandadas Aguas Argentinas por presunta falta de limpieza de cloacas; la Municipalidad de Avellaneda por ausencia de control de las actividades industriales y desatención a las denuncias de los vecinos; la Dirección de Medio Ambiente bonaerense y la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Nación por no ejercer el poder de policía que les compete.
La cuestión continuó con muchos otros avatares y por tanto tiempo que quien esto escribe le perdió la pista, pero creemos que alcanza y sobra como muestra de un estado de cosas que persiste y con terribles consecuencias.
Como podemos apreciar no basta con que se haya instituido un Día especial para tomar conciencia, sino que es absolutamente necesario que efectivamente se la inculque: no hay ideología implícita en este propósito, simplemente nos va la vida en ello.
No podemos distraernos del hecho de que las víctimas de los delitos ambientales que quedan registradas como tales configuran una ínfima minoría. En su inmensa mayoría no se pueden establecer fehacientemente las relaciones causaefecto, o bien los efectos nocivos se producen a largo plazo. En muchos casos las víctimas ni siquiera son conscientes de que estuvieron expuestas a lo que fue la causa de sus males. En otros, las víctimas todavía no han nacido o aun no fueron gestadas, como cuando alguno de sus futuros padres (o ambos) tiene alterado su ADN, sin saberlo, por haber tenido contacto con alguna sustancia teratogénica, lo que significa que produce anomalías y deformaciones en la descendencia. Al respecto, en nuestro medio se han difundido en charlas y presentaciones los trabajos del Dr. Horacio Lucero, bioquímico chaqueño, jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina Regional de Resistencia y del Dr. Di Maio pediatra de
Actualmente empiezan a cundir los juicios por contaminación, especialmente ante el escándalo de enfermedades y muertes debidas a las fumigaciones con agrotóxicos. Buen comienzo, apenas eso porque, aun siendo invasivas y funestas, no constituyen las únicas agresiones antiambientales que padecemos. La salvaje deforestación, el arrasamiento de los ecosistemas, la irreparable afectación de los cursos, espejos y reservorios de agua, la vertiginosa diminución de la biodiversidad con extinción de especies, el incremento del calentamiento global, el consumismo desenfrenado y los estilos de desarrollo totalmente insustentables (aunque se pinten de sustentables), todo va implicado en un ataque al mundo en que vivimos y, por lo tanto, a nosotros mismos que somos sus huéspedes.
Tener conciencia ambiental no consiste solamente en efectuar denuncias y reclamos cuando nos sentimos directamente perjudicados sino en conocer el ambiente en que vivimos, en saber reconocerlo en sus características propias, en ser capaces de interpretar las señales que emite y que solemos pasar por alto, en aprender su historia. Pero también y esencialmente en rever nuestras actitudes y en decidirnos a actuar con conocimiento, respeto y profundo compromiso hacia el lugar de la Tierra en que nos encontramos (y a toda ella) y hacia nuestros semejantes presentes y futuros.
A no esperar entonces que las cosas simplemente sucedan y, por el contrario, a ejercer ya la capacidad –típicamente humana de diagnosticar y prevenir. En conexión con el mundo pero obrando en nuestro sitio ¿Recuerdan el axioma ambiental “pensar globalmente, actuar localmente?
Eso mismo. La cultura ambiental es una cultura comunitaria. Conciencia ambiental es solidaridad, respeto de la diversidad y búsqueda de justicia, libertad y equidad. Y nada menos.
27 de Septiembre
Un Nunca Más para el ambiente
Clara Riveros Sosa
Existen muchas conmemoraciones públicas marcadas con rojo en el calendario, unas firmemente arraigadas en él, otras circunstanciales y otras más que, aunque no merezcan un feriado, son recordadas por diferentes medios. Y quedan algunas que parecieran tener tan poca relevancia que pasan prácticamente ignoradas y sólo se ocupan de ellas algunos sectores. En ocasiones, el olvido en que transcurren no guarda relación con su trascendencia real.
El comentario viene a cuento porque el jueves pasado 27 de septiembre fue el Día Nacional de la Conciencia Ambiental que se estableciera por ley para recordar a las siete personas que en esa jornada de 1993 fallecieran como consecuencia de un escape de gas cianhídrico en la ciudad de Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Murieron instantáneamente los cuatro integrantes de una familia y las tres personas que acudieron a socorrerlas (médica, enfermero y camillero) a raíz de que dos industrias cercanas vertieran, de manera clandestina y casi simultáneamente, una arsénico y la otra ácido sulfúrico, a los conductos comunes y que las emanaciones tóxicas desencadenadas (un verdadero cóctel mortal) salieran por tal vía al interior de un hogar.
Este hecho tan trágico y doloroso continuó impune porque durante años no se identificó debidamente a los criminales ni se tomaron las medidas correspondientes. Cuando finalmente se los procesó (a transportista y empresarios) fue por contaminación seguida de muerte. Un importantísimo punto de partida ya que se aplicó por primera vez la Ley 24.051 de Residuos Vale la pena recordar y comentar lo ocurrido en esa ocasión porque resultó un ejemplo –el peor ejemplo y siempre repetido del modo en que se desarrollan los desastres ambientales particularmente en nuestro país.
Muy anteriormente a los hechos los respectivos vecinos de la familia desaparecida y de una de las instalaciones donde se produjo el derrame intencional, ya habían radicado denuncias a las que ningún organismo oficial les dio curso. Los luego procesados no contaban con habilitación para trabajar con sustancias peligrosas y otro depósito que poseía uno de ellos ya había sido clausurado por causa parecida, en tanto la municipalidad le había permitido –reacondicionamiento mediante- seguir operando, aunque nunca constató que la remediación se cumpliera.
De una publicación de la época tomamos otro ingrediente: “...los abogados que representan a familiares de las víctimas rescatan la labor del juez Roberts [el juez que investigó], en un tema complejo y teniendo escasos recursos materiales y técnicos. El primer día, una petrolera tuvo que prestarle un técnico y los elementos, porque no había bomba para llegar a las cloacas, y no se sabía si el juez no se iba a morir en el intento” (¡!).
Entre objeciones de las pruebas (por parte de los imputados), chicanas, apelaciones, declaraciones de incompetencia y sobreseimientos, la causa fue y volvió pasando por distintas instancias hasta terminar prescribiendo. Se habían realizado 108 procedimientos químicos y biológicos pero un fallo consideró “...que no había contrapruebas en las tomas de pruebas de líquidos, o que eran de dudosa calidad técnica".
Cabe señalar que, además, resultaron demandadas Aguas Argentinas por presunta falta de limpieza de cloacas; la Municipalidad de Avellaneda por ausencia de control de las actividades industriales y desatención a las denuncias de los vecinos; la Dirección de Medio Ambiente bonaerense y la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Nación por no ejercer el poder de policía que les compete.
La cuestión continuó con muchos otros avatares y por tanto tiempo que quien esto escribe le perdió la pista, pero creemos que alcanza y sobra como muestra de un estado de cosas que persiste y con terribles consecuencias.
Como podemos apreciar no basta con que se haya instituido un Día especial para tomar conciencia, sino que es absolutamente necesario que efectivamente se la inculque: no hay ideología implícita en este propósito, simplemente nos va la vida en ello.
No podemos distraernos del hecho de que las víctimas de los delitos ambientales que quedan registradas como tales configuran una ínfima minoría. En su inmensa mayoría no se pueden establecer fehacientemente las relaciones causaefecto, o bien los efectos nocivos se producen a largo plazo. En muchos casos las víctimas ni siquiera son conscientes de que estuvieron expuestas a lo que fue la causa de sus males. En otros, las víctimas todavía no han nacido o aun no fueron gestadas, como cuando alguno de sus futuros padres (o ambos) tiene alterado su ADN, sin saberlo, por haber tenido contacto con alguna sustancia teratogénica, lo que significa que produce anomalías y deformaciones en la descendencia. Al respecto, en nuestro medio se han difundido en charlas y presentaciones los trabajos del Dr. Horacio Lucero, bioquímico chaqueño, jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina Regional de Resistencia y del Dr. Di Maio pediatra de
Actualmente empiezan a cundir los juicios por contaminación, especialmente ante el escándalo de enfermedades y muertes debidas a las fumigaciones con agrotóxicos. Buen comienzo, apenas eso porque, aun siendo invasivas y funestas, no constituyen las únicas agresiones antiambientales que padecemos. La salvaje deforestación, el arrasamiento de los ecosistemas, la irreparable afectación de los cursos, espejos y reservorios de agua, la vertiginosa diminución de la biodiversidad con extinción de especies, el incremento del calentamiento global, el consumismo desenfrenado y los estilos de desarrollo totalmente insustentables (aunque se pinten de sustentables), todo va implicado en un ataque al mundo en que vivimos y, por lo tanto, a nosotros mismos que somos sus huéspedes.
Tener conciencia ambiental no consiste solamente en efectuar denuncias y reclamos cuando nos sentimos directamente perjudicados sino en conocer el ambiente en que vivimos, en saber reconocerlo en sus características propias, en ser capaces de interpretar las señales que emite y que solemos pasar por alto, en aprender su historia. Pero también y esencialmente en rever nuestras actitudes y en decidirnos a actuar con conocimiento, respeto y profundo compromiso hacia el lugar de la Tierra en que nos encontramos (y a toda ella) y hacia nuestros semejantes presentes y futuros.
A no esperar entonces que las cosas simplemente sucedan y, por el contrario, a ejercer ya la capacidad –típicamente humana de diagnosticar y prevenir. En conexión con el mundo pero obrando en nuestro sitio ¿Recuerdan el axioma ambiental “pensar globalmente, actuar localmente?
Eso mismo. La cultura ambiental es una cultura comunitaria. Conciencia ambiental es solidaridad, respeto de la diversidad y búsqueda de justicia, libertad y equidad. Y nada menos.
domingo, 20 de septiembre de 2015
¿SE JUSTIFICA OCUPAR UN PARQUE PÚBLICO?
Compartimos esta nota de prensa de la Mesa Ambiental del Chaco, en alusión a la intervención del Parque Caraguatá
El ambientalismo
presenta, en sus muy diversos matices, movimientos en defensa del ambiente
con mayor o menor relación con otras problemáticas sociales, económicas y
políticas. El ambiente, no sólo se circunscribe a los espacios naturales, sino
a todo lo que configura lo natural y construido, lo vivo y no vivo, lo antrópico
y la biodiversidad en su conjunto, lo abstracto y lo concreto.
En general a los
ambientalistas se los contextualiza desde el punto de vista del activismo en
defensa de lo meramente natural, cuando en realidad es al revés: las
interacciones humanas desmedidas con el ambiente, provocan desequilibrios que
deben ser analizados para evitar mayores perjuicios socio-ambientales. Vale
decir: los ambientalistas, también defendemos el bienestar social, y eso se
logra respetando las leyes de la naturaleza, de quien no escapa absolutamente
nadie.
Respecto de esto,
analizamos con preocupación las decisiones que llevan adelante las políticas
públicas de intervención en espacios naturales que forman parte de los bienes
públicos a los que tenemos derecho de acceso y que, sin mediar consulta ni
estudio de impacto ambiental alguno, son intervenidos en forma irreversible por
- como dijimos – decisiones unilaterales
de los gobiernos de turno, que inexorablemente dejarán el mandato, y nos dejarán
también el perjuicio en forma permanente.
Nos referimos
específicamente a la decisión del actual gobierno provincial de urbanizar el
Parque Caraguatá, que fue creado en la década de los 90 precisamente con la
finalidad de ser un espacio de aprovechamiento natural y educativo, abierto a
todos los ciudadanos, y que si bien sufrió de abandono en su mantenimiento, es
hora urgente de reconsiderar su verdadero valor como bien público, natural y
cultural.
El parque Caraguatá
ha mutado desde su inauguración, pasando por
varios proyectos de uso que nunca
llegaron a concretarse.
Retrotrayéndonos al
año 2013, se planificó instalar en este
predio, la “Ciudad Cívica”, que nuclearía las actividades de los tres poderes,
el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Más tarde, hace precisamente tres meses,
la Cámara de Diputados sancionó la ley 7.591, por la que se realiza la
transferencia de parte de este predio al Municipio capitalino, con el fin de
ser intervenido como cementerio. Finalmente, los últimos anuncios desde el
gobierno, fueron los de destinar estos espacios, para la ejecución de “soluciones habitacionales”, en virtud de la falta de
territorio para ese propósito.
Nos
preguntamos seriamente si estas soluciones habitacionales realmente lo serán,
teniendo en cuenta que esta zona sería aquella que ante la posibilidad de
urbanización, deben realizarse primero obras de drenaje urbano, porque está
calificada como inundable ante la presencia de precipitaciones, determinándose
como zona de restricción severa temporaria, o sea, quiénes construyan viviendas
en ese predio, (Municipios, IPDUV, empresas, etc.), ya saben y queda
documentado por la resolución 121/14 de la APA, que si construyen bajo ese
riesgo, se inundarán/anegarán por lluvias. Vale decir, lo hacen a riesgo del
propietario.
Más allá de estos riesgos
de exponer a la población a perjuicios que saldrán muy caros, no se han tenido
en cuenta los impactos que estos emprendimientos tendrán a nivel urbanístico y
natural. Nos preguntamos seriamente si es viable para el ciudadano superar el
difícil problema de la circulación para trasladarse al centro de la ciudad, recargando
la ruta y las escasas avenidas, con el agravante de que se estarán afectando
corredores productivos como el de la Ruta nº 16 con tránsito de cargas de
carácter internacional, más el consiguiente incremento de la vigente epidemia
de letales incidentes de tránsito.
Respecto de la
cuestión conservacionista: ¿Se justifica ocupar un parque público? Quizás lo
más desacertado de esta iniciativa sea precisamente eso: la ocupación de un
Parque público, con todas las condiciones para ser declarada Reserva Natural
Urbana, algo que muchas megalópolis a nivel mundial priorizan a la hora de
planificar las urbanizaciones en consonancia con la calidad de vida,
precisamente, por los múltiples servicios ecosistémicos que ofrecen a las
poblaciones. Pues esta visto que nos
encontramos en un marcado retroceso respecto de esto, por cuanto seguimos
asistiendo a intervenciones sin una línea consecutiva, sin planificación, sin
participación social ni consulta, y con
muchísima improvisación, en la mayoría de los casos, irresponsable, por parte
de los tomadores de decisiones que ven en estos espacios sólo el valor
inmobiliario que nada tiene que ver con los bienes comunes y el bienestar
social. Los parques no son espacios vacíos, son equipamientos urbanos
indispensables como espacios de esparcimiento y descanso, para el desarrollo de
actividades físicas y culturales al aire libre, para el encuentro y la
socialización, para el estudio científico y también indispensables por ser los
grandes pulmones de las ciudades, mitigadores de inundaciones por lluvias,
amortiguadores para los microclimas que inciden sobre una ciudad con cada vez
más cemento y menos árboles. Usualmente,
los parques, reservas naturales, plazas, y demás áreas verdes de las ciudades
constituyen los únicos espacios libres y gratuitos para los ciudadanos
·
Además de eso, la importancia de este espacio verde (hasta ahora
público) radica en la gran biodiversidad que contiene, en la cobertura vegetal
y en los ambientes que posee, que representan al Chaco Húmedo, este predio natural es el más extenso con que cuenta la ciudad de
Resistencia (77 Has). Pertenece al Sitio Ramsar “Humedales Chaco”, declarado
como tal en 2004. Alberga ambientes como las sabanas y sabanas mixtas con
palmeras (47,7 % de la superficie total), bosque nativo (31,8%), cañadas y pajonales (9,2 %),
acompañados por cuerpos de agua (1,8 %), y suelo desnudo, caminos o suelo
intervenido (9,4 %). Dentro de estos ambientes se incluyen especies vegetales
representativas como nuestro quebracho colorado; algarrobo, espinillo, palmera
caranday, etc. Y sólo por mencionar a las aves como parte de la fauna en su
conjunto, se reconocen en el parque a más de 100 especies (equivalentes al 30 %
de la avifauna de la provincia) censadas sólo durante el invierno; sin mencionar las aves que la pueblan en las
demás estaciones, más todas las otras especies habitantes (mamíferos, reptiles,
artrópodos). Por estar este
parque ubicado dentro de los denominados Humedales Chaco, la normativa Ramsar establece
que se deben proteger estos lugares debido a la gran importancia ecológica y
biológica que tienen, porque además de ser lugares que albergan gran diversidad
biológica, son sitios que sirven de refugio para aves migratorias, que
aprovechan estas épocas para hacer paradas temporales Lamentablemente, además de las
acciones directas que se han realizado para drenar y "recuperar"
humedales, estos están sujetos al deterioro tanto por las obras que se
desarrollan en los ecosistemas acuáticos que provocan modificaciones en el
ambiente, como represas y canalizaciones, como por actividades que se realizan
en zonas terrestres cercanas a los humedales, ya sea por extracción de agua o
por adición de nutrientes, contaminantes o sedimentos.
Así es que decimos,
que necesitamos un proyecto integral que por su coherencia y sus criterios
sociales tenga la fuerza de aquellos tras los cuales se encaminan los esfuerzos
colectivos y que cuando se concretan son obra de todos, no sólo de los
distintos gobiernos, que borran lo hecho para volver a empezar, sin una
continuidad racional, sin un compromiso y un gesto político que sostenga este
capital a futuro, educando en nociones elementales de convivencia, de respeto
al territorio, al patrimonio natural y cultural y al espacio público
Si analizando los
aspectos señalados, la iniciativa aparece cuestionable en sus fundamentos, la
manera de gestionarla resulta más cuestionable aún. No es admisible licitar una
obra que implicará los impactos expuestos, sin haber sido avalado previamente
su proyecto por los distintos colectivos profesionales y el conjunto de la
ciudadanía. En la provincia del Chaco, la Ley
4654/99 deja entender en su art. 3 que la convocatoria a audiencias públicas es
facultativa del Ejecutivo, la Legislatura o los municipios que adhieran a la
citada norma. Sin embargo, no puede sino entenderse que los derechos de los
ciudadanos y sus formas de protección y aplicación tienen como sustento de
base, principios y normas constitucionales que son operativas por sí mismas y las
tornan obligatorias. Las normas están, y
escuchar la opinión de los ciudadanos, es lo que indican.
El Gobierno tiene la oportunidad de enseñar con el
ejemplo, de sumar a todos los interlocutores que faltan: los municipios, los
colectivos profesionales, los colectivos sociales, sus propios funcionarios,
etc. Soslayar la importancia del consenso y la participación ciudadana en
intervenciones de bienes que son públicos, es limitar desde su propio origen el
alcance de la propuesta, y el verdadero valor de la democracia.
“… Los
movimientos vecinales y ecologistas siguen manteniendo duras luchas contra las
administraciones para la defensa de los espacios verdes públicos urbanos, para
la preservación del paisaje y el respeto de los usos para los que fueron
creados, para la conservación del patrimonio arquitectónico,
paisajístico y artístico, en oposición a los proyectos y leyes que enajenan los espacios públicos, que los desnaturalizan para
la explotación comercial privada…”(Manifiesto de la 38º Asamblea Anual de la Red Nacional de Acción
Ecologista)
Firman:
* Nora B.
Giménez, abogada, por Conciencia Solidaria, organización
interprovincial.
* Eugenio y
Eugenio Ernesto Rolón, Lics. En Gestión Ambiental, por la Fundación
Casco Histórico Barranqueras.
* Clara Riveros Sosa,
Toribio Navarro y Prof. Mario Ramírez por la Biblioteca Popular
Bernardino Rivadavia.
* Rolando Núñez, abogado,
Coordinador del Centro de Estudios Nelson Mandela.
* Ricardo Morel y Mario
Villafañe por la CTA Autónoma.
* Carina Alejandra Suárez
* Rodolfo Acosta, Ing. Agónomo.
* Nélida Isabel Peña
* María del Carmen Peón
viernes, 11 de septiembre de 2015
El Parque Caraguatá: un valioso espacio verde con potencial de reserva natural urbana que se nos diluye entre las manos.
Desde hace algunos años venimos siendo testigos del “tironeo”, casi a modo de botín de guerra, del que es víctima el espacio verde público más extenso con que cuenta la ciudad de Resistencia, y en conjunto el Área Metropolitana de Resistencia –un continuo urbano que reúne además a las localidades de Vilelas, Barranqueras, y Fontana-. Nos referimos al Parque (en los últimos días llamado “ex Parque”) Caraguatá.
Con el correr de los años, y desde su creación en octubre de 2001, este espacio pasó “de mano en mano”, de administración en administración, que incluyen la municipal, la provincial y la ejercida, por poco tiempo, por el Instituto de Seguridad Social y Seguros y Préstamos de la Provincia del Chaco (INSSEP); para finalmente depender, nuevamente, del Municipio. Sobre el Parque Caraguatá, además, se han proyectado todo tipo de planes que, en todos los casos, lo desafectaban –y desafectan- de la función con la que fue creado inicialmente. Hacia julio de 2013 se pensaba al Parque como sede de los tres poderes del Estado Provincial a través de la construcción de la Ciudad Cívica, la que ocuparía 12 de sus 77 hectáreas. Los planes cambiaron en mayo de este año, cuando en distintos titulares de publicaciones periódicas nos enterábamos que al Caraguatá trasladarían el cementerio de la ciudad. Aun más alarmantes fueron las noticias difundidas durante los últimos dos meses, acerca del proyecto que prevé la “urbanización” de este espacio verde, mediante la ejecución de un “ambicioso plan de viviendas”.
Los espacios verdes públicos y en general, las áreas verdes urbanas, cumplen un rol fundamental en el paisaje urbano porque permiten la introducción o persistencia de lo natural, pero también son claves para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes ya que cumplen una serie de funciones de singular importancia para los mismos. Usualmente, los parques, reservas naturales, plazas, arbolado público, jardines y demás áreas verdes de las ciudades constituyen los únicos espacios libres y gratuitos para los ciudadanos.
En la actualidad, en la planificación y desarrollo de las ciudades se identifica una deficiencia no sólo en la cantidad sino también calidad y conectividad de los espacios verdes urbanos y entre éstos y su entorno natural próximo, lo que limita el cumplimiento adecuado de sus funciones en términos ecológicos, ambientales y recreativos.
El Parque Caraguatá es un valioso espacio verde que se nos diluye entre las manos, tan necesario, de acuerdo a su localización, situación y a las funciones que cumple, en un contexto de déficit y degradación de las áreas verdes urbanas, en general, y de los espacios verdes públicos, en particular.
La situación de los espacios verdes en la ciudad de Resistencia: verdes no tan verdes y el problema de la accesibilidad
De acuerdo a los datos suministrados por la Dirección de Catastro de la Municipalidad de Resistencia, los espacios verdes en la ciudad alcanzan un número de 719 (a 2013), los que de manera conjunta abarcan 2.953.028 m2. Al dividir esta cifra por la cantidad de habitantes, obtenemos el índice de área verde (IAV) que, para el aglomerado urbano sería de 10,15 m2 por habitante (a 2010 la ciudad de Resistencia contaba con 290.723 habitantes). Esto nos indica que existiría una adecuación a los estándares internacionales que recomiendan como aceptable el mínimo de 10 m2/hab. Pero este indicador (IAV), aunque da una visión general, al no estar corregido según categorías como escala, estado y distribución, y tampoco al considerar la población servida dentro del radio de influencia de los mismos, no alcanza a ser suficiente para describir una situación respecto al tema.
Los 719 espacios verdes de la ciudad adquieren una distribución irregular en la trama urbana, y mientras existen barrios que en apariencia dispondrían de un número y superficie adecuadas de espacios verdes, otros presentan escasez o inexistencia, advirtiéndose así que, en muchos casos la oferta no se equipararía con la demanda si se tiene en cuenta la cantidad de población que se asienta en cada sector. Claro ejemplo de esto último son los barrios del norte, este y extremo sur de la ciudad.
No todos los espacios verdes son “útiles”
En la ciudad no todos los espacios verdes son útiles. Es decir que no todos ellos poseen características que definirían sus funciones tanto sociales como ecológicas. Los espacios verdes útiles son definidos como aquellos que por su forma, dimensiones, área, función de permanencia y facilidad de acceso pueden o podrían ser utilizadas, dado un manejo determinado. Es decir que cumplen estándares mínimos de superficie y forma asegurando un espacio adecuado para el desarrollo de actividades básicas de interacción social, recreación y contacto con la naturaleza. Se tienen en cuenta aquí también además de los atributos mencionados, la situación actual de los espacios verdes respecto a estados de uso u ocupación.
La mitad de los 719 espacios verdes (357) son parterres, por lo que según los criterios de tamaño, forma y función de permanencia en la ciudad de Resistencia existen solo 64 espacios verdes útiles (49 de escala barrial, inferior a 1,5 ha, 9 de escala urbana –entre 1,5 y 15 has-, y 4 de escala metropolitana –de más de 15 has). En la ciudad contábamos con un parque urbano a 2013, al que se le agregó el Parque de la Juventud y la Democracia inaugurado el corriente año, con lo cual sumamos 5 parques y 9 plazas. Los demás espacios verdes públicos son agrupados en otras categorías.
Pero si a la “ecuación” de tamaño, forma y función que definirían a un “espacio verde útil” le agregáramos la “variable” estado, este número se reduciría a 19 (sólo 19 de ellos se encuentran en uso pleno de sus funciones), dado que el resto está afectado por la condición de “baldíos” o “ocupados”, lo cual dificulta claramente el acceso a la población, sin olvidar que en gran porcentaje de éstos predomina el cemento y no el “verde”, adjetivo calificativo al que hace referencia su nombre.
Ante la situación descrita, la existencia y conservación del Parque Caraguatá como tal es de suma importancia para la ciudad, y por extensión para sus habitantes. Pero los rasgos generales del problema a nivel urbano no es el único argumento que sostiene esta afirmación. El Parque Caraguatá, es valioso en sí mismo.
¿Por qué es importante – y por qué nos importa- el Parque Caraguatá?
Características generales del Parque Caraguatá:
El espacio verde (hasta ahora) público, es el más extenso con que cuenta la ciudad de Resistencia, en el conjunto el Área Metropolitana del Gran Resistencia. Se ubica en el norte de la ciudad, corresponde a la circunscripción II, chacra 20, parcela 1. Se encuentra dentro del marco de la Ruta Nacional Nº 11, la Ruta Nicolás Avellaneda y la Defensa Norte. El sitio en que se inserta pertenece a la cuenca del Riacho Ojeda cuya pendiente se orienta hacia el sur, para volcar sus aguas al Río Negro. (Administración Provincial del Agua –APA-) Pertenece al Sitio Ramsar “Humedales Chaco”, declarado como tal en 2004 y se encuentra próximo al Área de Importancia para la conservación de las Aves (AICA) “Valle de inundación del río Paraná y Paraguay”.
La importancia de este espacio verde radica en su extensión, en la gran biodiversidad que alberga, en la cobertura vegetal y en los ambientes que posee, representantes de las formaciones típicas del Chaco Oriental. La importancia de su conservación se vincula con sus características intrínsecas y con las funciones de toda índole derivadas de éstas (ecológicas, sociales, educativas, económicas).
¿Cómo se compone el Parque Caraguatá?
Las 77 hectáreas que conforman el Parque Caraguatá albergan diversos ambientes, propios del Distrito Fitogeográfico del Chaco Oriental o Chaco Húmedo (Morello y Adamoli. 1974). Aquí el bosque nativo alcanza a cubrir un 31,8% de la superficie total, cañadas y pajonales se distribuyen sobre un 9,2 %, cuerpos de agua abarcan 1,8 %, sabanas y sabanas mixtas con palmeras ocupan 47,7%, mientras que el suelo desnudo, caminos o suelo intervenido cubren el 9,4 %. Dentro de estos ambientes se incluyen especies vegetales representativas como quebracho colorado (emblemática para nuestra región), algarrobo, espinillo, palmera caranday (indicadora de áreas anegables), entre otras.
Sólo por mencionar a la aves como parte de la fauna en su conjunto, se reconocen en el parque a más de 100 especies (30 % de la avifauna de la provincia), de acuerdo a un relevamiento parcial llevado a cabo en los meses de otoño/invierno. Número que podría incrementarse si los registros continuaran en los meses de primavera/verano y, si se tienen en cuenta además los listados realizados por investigadores en sitios cercanos como La Leonesa y Colonia Benítez, al norte, y Puerto Vilelas y Colonia Tacuarí, al sur.
Debido a todo lo expuesto hasta aquí resultan evidentes los argumentos, como así también visible el potencial que posee este espacio, para defender su conservación y proponer que el mismo sea declarado como Reserva Natural Urbana.
Reservas Naturales Urbanas para el desarrollo sustentable:
En todo el mundo, con variedad de tamaños y riqueza natural, las reservas urbanas naturales cumplen objetivos ecológicos y sociales. Algunas de las ciudades más desarrolladas mantienen en su interior o en la periferia espacios verdes equivalentes, en algunos casos, a la tercera parte de su superficie. Inglaterra está a la cabeza de esta iniciativa ya que cuenta con más de 600 reservas locales que protegen cerca de 29.000 hectáreas de costas, lagunas, bosques añosos, praderas seminaturales adyacentes a las vías férreas y sitios de relleno que fueron recolonizados. En Berna, la capital de Suiza, se emplaza una reserva en medio de la ciudad. En el corazón del parque madrileño Casa de campo, la Sociedad Española de Ornitología administra una reserva con bosque mediterráneo que hoy resulta un singular centro educativo. En las afueras de Milán y vecina al pueblo de Cesano Maderno, administra la reserva Oasi Lipu de Cesano Maderno donde desarrolla diariamente actividades de educación ambiental con la colaboración directa del municipio local. Asimismo, ROMA NATURA, la agencia de ambiente de la capital italiana, administra unas 14 reservas naturales urbanas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de una de las ciudades más importantes de Europa. (Aves Argentinas)
En nuestro país existen numerosas reservas naturales urbanas reconocidas: Otamendi, Ribera Norte, Vicente López, Costanera Sur, Punta Lara, Guillermo E. Hudson, Santa María, Isla Martín García, Santa Catalina, Pilar y Los Robles son algunos de los ejemplos. Nuestra vecina provincia de Corrientes ha avanzado con la creación de Reservas Naturales Urbanas en las localidades de Santo Tomé, Ituzaingó, Loreto, Mercedes y más recientemente avanzando en el mismo camino la capital provincial. Otras esperan ser creadas y numerosos centros urbanos todavía quedan espacios naturales valiosos por su buen estado de conservación o con potencial para regenerarlos
Entonces… ¿Por qué creemos que es importante conservar el Parque Caraguatá?
Considerando la situación de los espacios verdes en la ciudad y las características, funciones y el gran potencial que presenta el Parque Caraguatá, estamos convencidos de que este espacio constituye un recurso ecológico, social, turístico, recreativo, cultural y educativo muy valioso, por lo cual reuniría todas las condiciones necesarias para ser declarada como Reserva Natural Urbana, las que, en la ciudad de Resistencia, están ausentes.
En un mundo cada vez más preocupado por el desarrollo sustentable, donde gran cantidad de países se encuentran en el proceso de entendimiento respecto al rol esencial de las áreas verdes y con la atención puesta en la creación y/fortalecimiento de una red ecológica urbana, nosotros asistimos a la posibilidad de perder una oportunidad para, en cambio, afrontar, probablemente en no muchos años más, las consecuencias de estas decisiones.
Resistencia tiene la potencial capacidad de ser una "ciudad verde”, es decir, a ser el tipo de ciudades que hoy son celebradas a nivel mundial por las distintas organizaciones internacionales y el concierto de Estados Soberanos, es hora de repensar, una vez más, el futuro que queremos.
Con el correr de los años, y desde su creación en octubre de 2001, este espacio pasó “de mano en mano”, de administración en administración, que incluyen la municipal, la provincial y la ejercida, por poco tiempo, por el Instituto de Seguridad Social y Seguros y Préstamos de la Provincia del Chaco (INSSEP); para finalmente depender, nuevamente, del Municipio. Sobre el Parque Caraguatá, además, se han proyectado todo tipo de planes que, en todos los casos, lo desafectaban –y desafectan- de la función con la que fue creado inicialmente. Hacia julio de 2013 se pensaba al Parque como sede de los tres poderes del Estado Provincial a través de la construcción de la Ciudad Cívica, la que ocuparía 12 de sus 77 hectáreas. Los planes cambiaron en mayo de este año, cuando en distintos titulares de publicaciones periódicas nos enterábamos que al Caraguatá trasladarían el cementerio de la ciudad. Aun más alarmantes fueron las noticias difundidas durante los últimos dos meses, acerca del proyecto que prevé la “urbanización” de este espacio verde, mediante la ejecución de un “ambicioso plan de viviendas”.
Los espacios verdes públicos y en general, las áreas verdes urbanas, cumplen un rol fundamental en el paisaje urbano porque permiten la introducción o persistencia de lo natural, pero también son claves para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes ya que cumplen una serie de funciones de singular importancia para los mismos. Usualmente, los parques, reservas naturales, plazas, arbolado público, jardines y demás áreas verdes de las ciudades constituyen los únicos espacios libres y gratuitos para los ciudadanos.
En la actualidad, en la planificación y desarrollo de las ciudades se identifica una deficiencia no sólo en la cantidad sino también calidad y conectividad de los espacios verdes urbanos y entre éstos y su entorno natural próximo, lo que limita el cumplimiento adecuado de sus funciones en términos ecológicos, ambientales y recreativos.
El Parque Caraguatá es un valioso espacio verde que se nos diluye entre las manos, tan necesario, de acuerdo a su localización, situación y a las funciones que cumple, en un contexto de déficit y degradación de las áreas verdes urbanas, en general, y de los espacios verdes públicos, en particular.
La situación de los espacios verdes en la ciudad de Resistencia: verdes no tan verdes y el problema de la accesibilidad
De acuerdo a los datos suministrados por la Dirección de Catastro de la Municipalidad de Resistencia, los espacios verdes en la ciudad alcanzan un número de 719 (a 2013), los que de manera conjunta abarcan 2.953.028 m2. Al dividir esta cifra por la cantidad de habitantes, obtenemos el índice de área verde (IAV) que, para el aglomerado urbano sería de 10,15 m2 por habitante (a 2010 la ciudad de Resistencia contaba con 290.723 habitantes). Esto nos indica que existiría una adecuación a los estándares internacionales que recomiendan como aceptable el mínimo de 10 m2/hab. Pero este indicador (IAV), aunque da una visión general, al no estar corregido según categorías como escala, estado y distribución, y tampoco al considerar la población servida dentro del radio de influencia de los mismos, no alcanza a ser suficiente para describir una situación respecto al tema.
Los 719 espacios verdes de la ciudad adquieren una distribución irregular en la trama urbana, y mientras existen barrios que en apariencia dispondrían de un número y superficie adecuadas de espacios verdes, otros presentan escasez o inexistencia, advirtiéndose así que, en muchos casos la oferta no se equipararía con la demanda si se tiene en cuenta la cantidad de población que se asienta en cada sector. Claro ejemplo de esto último son los barrios del norte, este y extremo sur de la ciudad.
No todos los espacios verdes son “útiles”
En la ciudad no todos los espacios verdes son útiles. Es decir que no todos ellos poseen características que definirían sus funciones tanto sociales como ecológicas. Los espacios verdes útiles son definidos como aquellos que por su forma, dimensiones, área, función de permanencia y facilidad de acceso pueden o podrían ser utilizadas, dado un manejo determinado. Es decir que cumplen estándares mínimos de superficie y forma asegurando un espacio adecuado para el desarrollo de actividades básicas de interacción social, recreación y contacto con la naturaleza. Se tienen en cuenta aquí también además de los atributos mencionados, la situación actual de los espacios verdes respecto a estados de uso u ocupación.
La mitad de los 719 espacios verdes (357) son parterres, por lo que según los criterios de tamaño, forma y función de permanencia en la ciudad de Resistencia existen solo 64 espacios verdes útiles (49 de escala barrial, inferior a 1,5 ha, 9 de escala urbana –entre 1,5 y 15 has-, y 4 de escala metropolitana –de más de 15 has). En la ciudad contábamos con un parque urbano a 2013, al que se le agregó el Parque de la Juventud y la Democracia inaugurado el corriente año, con lo cual sumamos 5 parques y 9 plazas. Los demás espacios verdes públicos son agrupados en otras categorías.
Pero si a la “ecuación” de tamaño, forma y función que definirían a un “espacio verde útil” le agregáramos la “variable” estado, este número se reduciría a 19 (sólo 19 de ellos se encuentran en uso pleno de sus funciones), dado que el resto está afectado por la condición de “baldíos” o “ocupados”, lo cual dificulta claramente el acceso a la población, sin olvidar que en gran porcentaje de éstos predomina el cemento y no el “verde”, adjetivo calificativo al que hace referencia su nombre.
Ante la situación descrita, la existencia y conservación del Parque Caraguatá como tal es de suma importancia para la ciudad, y por extensión para sus habitantes. Pero los rasgos generales del problema a nivel urbano no es el único argumento que sostiene esta afirmación. El Parque Caraguatá, es valioso en sí mismo.
¿Por qué es importante – y por qué nos importa- el Parque Caraguatá?
Características generales del Parque Caraguatá:
El espacio verde (hasta ahora) público, es el más extenso con que cuenta la ciudad de Resistencia, en el conjunto el Área Metropolitana del Gran Resistencia. Se ubica en el norte de la ciudad, corresponde a la circunscripción II, chacra 20, parcela 1. Se encuentra dentro del marco de la Ruta Nacional Nº 11, la Ruta Nicolás Avellaneda y la Defensa Norte. El sitio en que se inserta pertenece a la cuenca del Riacho Ojeda cuya pendiente se orienta hacia el sur, para volcar sus aguas al Río Negro. (Administración Provincial del Agua –APA-) Pertenece al Sitio Ramsar “Humedales Chaco”, declarado como tal en 2004 y se encuentra próximo al Área de Importancia para la conservación de las Aves (AICA) “Valle de inundación del río Paraná y Paraguay”.
La importancia de este espacio verde radica en su extensión, en la gran biodiversidad que alberga, en la cobertura vegetal y en los ambientes que posee, representantes de las formaciones típicas del Chaco Oriental. La importancia de su conservación se vincula con sus características intrínsecas y con las funciones de toda índole derivadas de éstas (ecológicas, sociales, educativas, económicas).
¿Cómo se compone el Parque Caraguatá?
Las 77 hectáreas que conforman el Parque Caraguatá albergan diversos ambientes, propios del Distrito Fitogeográfico del Chaco Oriental o Chaco Húmedo (Morello y Adamoli. 1974). Aquí el bosque nativo alcanza a cubrir un 31,8% de la superficie total, cañadas y pajonales se distribuyen sobre un 9,2 %, cuerpos de agua abarcan 1,8 %, sabanas y sabanas mixtas con palmeras ocupan 47,7%, mientras que el suelo desnudo, caminos o suelo intervenido cubren el 9,4 %. Dentro de estos ambientes se incluyen especies vegetales representativas como quebracho colorado (emblemática para nuestra región), algarrobo, espinillo, palmera caranday (indicadora de áreas anegables), entre otras.
Sólo por mencionar a la aves como parte de la fauna en su conjunto, se reconocen en el parque a más de 100 especies (30 % de la avifauna de la provincia), de acuerdo a un relevamiento parcial llevado a cabo en los meses de otoño/invierno. Número que podría incrementarse si los registros continuaran en los meses de primavera/verano y, si se tienen en cuenta además los listados realizados por investigadores en sitios cercanos como La Leonesa y Colonia Benítez, al norte, y Puerto Vilelas y Colonia Tacuarí, al sur.
Debido a todo lo expuesto hasta aquí resultan evidentes los argumentos, como así también visible el potencial que posee este espacio, para defender su conservación y proponer que el mismo sea declarado como Reserva Natural Urbana.
Reservas Naturales Urbanas para el desarrollo sustentable:
En todo el mundo, con variedad de tamaños y riqueza natural, las reservas urbanas naturales cumplen objetivos ecológicos y sociales. Algunas de las ciudades más desarrolladas mantienen en su interior o en la periferia espacios verdes equivalentes, en algunos casos, a la tercera parte de su superficie. Inglaterra está a la cabeza de esta iniciativa ya que cuenta con más de 600 reservas locales que protegen cerca de 29.000 hectáreas de costas, lagunas, bosques añosos, praderas seminaturales adyacentes a las vías férreas y sitios de relleno que fueron recolonizados. En Berna, la capital de Suiza, se emplaza una reserva en medio de la ciudad. En el corazón del parque madrileño Casa de campo, la Sociedad Española de Ornitología administra una reserva con bosque mediterráneo que hoy resulta un singular centro educativo. En las afueras de Milán y vecina al pueblo de Cesano Maderno, administra la reserva Oasi Lipu de Cesano Maderno donde desarrolla diariamente actividades de educación ambiental con la colaboración directa del municipio local. Asimismo, ROMA NATURA, la agencia de ambiente de la capital italiana, administra unas 14 reservas naturales urbanas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de una de las ciudades más importantes de Europa. (Aves Argentinas)
En nuestro país existen numerosas reservas naturales urbanas reconocidas: Otamendi, Ribera Norte, Vicente López, Costanera Sur, Punta Lara, Guillermo E. Hudson, Santa María, Isla Martín García, Santa Catalina, Pilar y Los Robles son algunos de los ejemplos. Nuestra vecina provincia de Corrientes ha avanzado con la creación de Reservas Naturales Urbanas en las localidades de Santo Tomé, Ituzaingó, Loreto, Mercedes y más recientemente avanzando en el mismo camino la capital provincial. Otras esperan ser creadas y numerosos centros urbanos todavía quedan espacios naturales valiosos por su buen estado de conservación o con potencial para regenerarlos
Entonces… ¿Por qué creemos que es importante conservar el Parque Caraguatá?
Considerando la situación de los espacios verdes en la ciudad y las características, funciones y el gran potencial que presenta el Parque Caraguatá, estamos convencidos de que este espacio constituye un recurso ecológico, social, turístico, recreativo, cultural y educativo muy valioso, por lo cual reuniría todas las condiciones necesarias para ser declarada como Reserva Natural Urbana, las que, en la ciudad de Resistencia, están ausentes.
En un mundo cada vez más preocupado por el desarrollo sustentable, donde gran cantidad de países se encuentran en el proceso de entendimiento respecto al rol esencial de las áreas verdes y con la atención puesta en la creación y/fortalecimiento de una red ecológica urbana, nosotros asistimos a la posibilidad de perder una oportunidad para, en cambio, afrontar, probablemente en no muchos años más, las consecuencias de estas decisiones.
Resistencia tiene la potencial capacidad de ser una "ciudad verde”, es decir, a ser el tipo de ciudades que hoy son celebradas a nivel mundial por las distintas organizaciones internacionales y el concierto de Estados Soberanos, es hora de repensar, una vez más, el futuro que queremos.
Inambú común (Nothura maculosa). A pesar de ser una persistente presa de caza, aún subsiste en el Caraguatá
Familias de monos carayá (Alouatta caraya) tambíen habitan el Parque Caraguatá.
Un ejemplar de burlisto castaño (Casiornis rufa). Una especie de ave buscada por los observadores de aves que visitan la región
Ejemplares de cuervillos cara pelada (Phimosus infuscatus), que pueden ser observados con facilidad en los pastizales y zonas anegadas del Parque Caraguatá
Ejemplar de pichato grande (Tolmomyias sulphurescens), típica de los estratos medios y altos de los bosques y selvas del norte.
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