Compartimos esta nota de prensa de la Mesa Ambiental del Chaco, en alusión a la intervención del Parque Caraguatá
El ambientalismo
presenta, en sus muy diversos matices, movimientos en defensa del ambiente
con mayor o menor relación con otras problemáticas sociales, económicas y
políticas. El ambiente, no sólo se circunscribe a los espacios naturales, sino
a todo lo que configura lo natural y construido, lo vivo y no vivo, lo antrópico
y la biodiversidad en su conjunto, lo abstracto y lo concreto.
En general a los
ambientalistas se los contextualiza desde el punto de vista del activismo en
defensa de lo meramente natural, cuando en realidad es al revés: las
interacciones humanas desmedidas con el ambiente, provocan desequilibrios que
deben ser analizados para evitar mayores perjuicios socio-ambientales. Vale
decir: los ambientalistas, también defendemos el bienestar social, y eso se
logra respetando las leyes de la naturaleza, de quien no escapa absolutamente
nadie.
Respecto de esto,
analizamos con preocupación las decisiones que llevan adelante las políticas
públicas de intervención en espacios naturales que forman parte de los bienes
públicos a los que tenemos derecho de acceso y que, sin mediar consulta ni
estudio de impacto ambiental alguno, son intervenidos en forma irreversible por
- como dijimos – decisiones unilaterales
de los gobiernos de turno, que inexorablemente dejarán el mandato, y nos dejarán
también el perjuicio en forma permanente.
Nos referimos
específicamente a la decisión del actual gobierno provincial de urbanizar el
Parque Caraguatá, que fue creado en la década de los 90 precisamente con la
finalidad de ser un espacio de aprovechamiento natural y educativo, abierto a
todos los ciudadanos, y que si bien sufrió de abandono en su mantenimiento, es
hora urgente de reconsiderar su verdadero valor como bien público, natural y
cultural.
El parque Caraguatá
ha mutado desde su inauguración, pasando por
varios proyectos de uso que nunca
llegaron a concretarse.
Retrotrayéndonos al
año 2013, se planificó instalar en este
predio, la “Ciudad Cívica”, que nuclearía las actividades de los tres poderes,
el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Más tarde, hace precisamente tres meses,
la Cámara de Diputados sancionó la ley 7.591, por la que se realiza la
transferencia de parte de este predio al Municipio capitalino, con el fin de
ser intervenido como cementerio. Finalmente, los últimos anuncios desde el
gobierno, fueron los de destinar estos espacios, para la ejecución de “soluciones habitacionales”, en virtud de la falta de
territorio para ese propósito.
Nos
preguntamos seriamente si estas soluciones habitacionales realmente lo serán,
teniendo en cuenta que esta zona sería aquella que ante la posibilidad de
urbanización, deben realizarse primero obras de drenaje urbano, porque está
calificada como inundable ante la presencia de precipitaciones, determinándose
como zona de restricción severa temporaria, o sea, quiénes construyan viviendas
en ese predio, (Municipios, IPDUV, empresas, etc.), ya saben y queda
documentado por la resolución 121/14 de la APA, que si construyen bajo ese
riesgo, se inundarán/anegarán por lluvias. Vale decir, lo hacen a riesgo del
propietario.
Más allá de estos riesgos
de exponer a la población a perjuicios que saldrán muy caros, no se han tenido
en cuenta los impactos que estos emprendimientos tendrán a nivel urbanístico y
natural. Nos preguntamos seriamente si es viable para el ciudadano superar el
difícil problema de la circulación para trasladarse al centro de la ciudad, recargando
la ruta y las escasas avenidas, con el agravante de que se estarán afectando
corredores productivos como el de la Ruta nº 16 con tránsito de cargas de
carácter internacional, más el consiguiente incremento de la vigente epidemia
de letales incidentes de tránsito.
Respecto de la
cuestión conservacionista: ¿Se justifica ocupar un parque público? Quizás lo
más desacertado de esta iniciativa sea precisamente eso: la ocupación de un
Parque público, con todas las condiciones para ser declarada Reserva Natural
Urbana, algo que muchas megalópolis a nivel mundial priorizan a la hora de
planificar las urbanizaciones en consonancia con la calidad de vida,
precisamente, por los múltiples servicios ecosistémicos que ofrecen a las
poblaciones. Pues esta visto que nos
encontramos en un marcado retroceso respecto de esto, por cuanto seguimos
asistiendo a intervenciones sin una línea consecutiva, sin planificación, sin
participación social ni consulta, y con
muchísima improvisación, en la mayoría de los casos, irresponsable, por parte
de los tomadores de decisiones que ven en estos espacios sólo el valor
inmobiliario que nada tiene que ver con los bienes comunes y el bienestar
social. Los parques no son espacios vacíos, son equipamientos urbanos
indispensables como espacios de esparcimiento y descanso, para el desarrollo de
actividades físicas y culturales al aire libre, para el encuentro y la
socialización, para el estudio científico y también indispensables por ser los
grandes pulmones de las ciudades, mitigadores de inundaciones por lluvias,
amortiguadores para los microclimas que inciden sobre una ciudad con cada vez
más cemento y menos árboles. Usualmente,
los parques, reservas naturales, plazas, y demás áreas verdes de las ciudades
constituyen los únicos espacios libres y gratuitos para los ciudadanos
·
Además de eso, la importancia de este espacio verde (hasta ahora
público) radica en la gran biodiversidad que contiene, en la cobertura vegetal
y en los ambientes que posee, que representan al Chaco Húmedo, este predio natural es el más extenso con que cuenta la ciudad de
Resistencia (77 Has). Pertenece al Sitio Ramsar “Humedales Chaco”, declarado
como tal en 2004. Alberga ambientes como las sabanas y sabanas mixtas con
palmeras (47,7 % de la superficie total), bosque nativo (31,8%), cañadas y pajonales (9,2 %),
acompañados por cuerpos de agua (1,8 %), y suelo desnudo, caminos o suelo
intervenido (9,4 %). Dentro de estos ambientes se incluyen especies vegetales
representativas como nuestro quebracho colorado; algarrobo, espinillo, palmera
caranday, etc. Y sólo por mencionar a las aves como parte de la fauna en su
conjunto, se reconocen en el parque a más de 100 especies (equivalentes al 30 %
de la avifauna de la provincia) censadas sólo durante el invierno; sin mencionar las aves que la pueblan en las
demás estaciones, más todas las otras especies habitantes (mamíferos, reptiles,
artrópodos). Por estar este
parque ubicado dentro de los denominados Humedales Chaco, la normativa Ramsar establece
que se deben proteger estos lugares debido a la gran importancia ecológica y
biológica que tienen, porque además de ser lugares que albergan gran diversidad
biológica, son sitios que sirven de refugio para aves migratorias, que
aprovechan estas épocas para hacer paradas temporales Lamentablemente, además de las
acciones directas que se han realizado para drenar y "recuperar"
humedales, estos están sujetos al deterioro tanto por las obras que se
desarrollan en los ecosistemas acuáticos que provocan modificaciones en el
ambiente, como represas y canalizaciones, como por actividades que se realizan
en zonas terrestres cercanas a los humedales, ya sea por extracción de agua o
por adición de nutrientes, contaminantes o sedimentos.
Así es que decimos,
que necesitamos un proyecto integral que por su coherencia y sus criterios
sociales tenga la fuerza de aquellos tras los cuales se encaminan los esfuerzos
colectivos y que cuando se concretan son obra de todos, no sólo de los
distintos gobiernos, que borran lo hecho para volver a empezar, sin una
continuidad racional, sin un compromiso y un gesto político que sostenga este
capital a futuro, educando en nociones elementales de convivencia, de respeto
al territorio, al patrimonio natural y cultural y al espacio público
Si analizando los
aspectos señalados, la iniciativa aparece cuestionable en sus fundamentos, la
manera de gestionarla resulta más cuestionable aún. No es admisible licitar una
obra que implicará los impactos expuestos, sin haber sido avalado previamente
su proyecto por los distintos colectivos profesionales y el conjunto de la
ciudadanía. En la provincia del Chaco, la Ley
4654/99 deja entender en su art. 3 que la convocatoria a audiencias públicas es
facultativa del Ejecutivo, la Legislatura o los municipios que adhieran a la
citada norma. Sin embargo, no puede sino entenderse que los derechos de los
ciudadanos y sus formas de protección y aplicación tienen como sustento de
base, principios y normas constitucionales que son operativas por sí mismas y las
tornan obligatorias. Las normas están, y
escuchar la opinión de los ciudadanos, es lo que indican.
El Gobierno tiene la oportunidad de enseñar con el
ejemplo, de sumar a todos los interlocutores que faltan: los municipios, los
colectivos profesionales, los colectivos sociales, sus propios funcionarios,
etc. Soslayar la importancia del consenso y la participación ciudadana en
intervenciones de bienes que son públicos, es limitar desde su propio origen el
alcance de la propuesta, y el verdadero valor de la democracia.
“… Los
movimientos vecinales y ecologistas siguen manteniendo duras luchas contra las
administraciones para la defensa de los espacios verdes públicos urbanos, para
la preservación del paisaje y el respeto de los usos para los que fueron
creados, para la conservación del patrimonio arquitectónico,
paisajístico y artístico, en oposición a los proyectos y leyes que enajenan los espacios públicos, que los desnaturalizan para
la explotación comercial privada…”(Manifiesto de la 38º Asamblea Anual de la Red Nacional de Acción
Ecologista)
Firman:
* Nora B.
Giménez, abogada, por Conciencia Solidaria, organización
interprovincial.
* Eugenio y
Eugenio Ernesto Rolón, Lics. En Gestión Ambiental, por la Fundación
Casco Histórico Barranqueras.
* Clara Riveros Sosa,
Toribio Navarro y Prof. Mario Ramírez por la Biblioteca Popular
Bernardino Rivadavia.
* Rolando Núñez, abogado,
Coordinador del Centro de Estudios Nelson Mandela.
* Ricardo Morel y Mario
Villafañe por la CTA Autónoma.
* Carina Alejandra Suárez
* Rodolfo Acosta, Ing. Agónomo.
* Nélida Isabel Peña
* María del Carmen Peón
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